lunes, 3 de enero de 2011

SIN PERDER EL HILO

Aquí comienza la historia del viaje más importante de nuestra vida. La luz al fondo de un tunel que jamás fue oscuro. El principio del final de un cuento.El desenlace feliz.Un final por todo lo alto y con beso.Un relato del que hemos amado la trama y hemos sido sus personajes protagonistas agradeciendo al guionista, llámese dios o destino, cada minuto que hemos vivido. Cuando los dos cabos del hilo han sido uno y se ha cerrado el círculo, comienza otra historia. Una nueva situación a la que nos vamos acostumbrando mutuamente a base de cariño. Ahora, hagamos bagaje y memoria y contemos la historia: nuestra historia.

DÍA 18 Y 19 DE  DICIEMBRE 2010: MADRID - QATAR - GUANZHOU - CHANGSHA

El Viernes 17 fue un día de muchos nervios. Comimos pronto y salimos hacia Madrid a eso de las 14:30. Encontramos fácil el hotel, llamémoslo sentido de la orientación o llamémoslo TomTom, el  caso es que llegamos bien. Por la noche, desde el hotel Clement Täch , comentaba a mi amigo Jesús (vía "feisbuk") que preferíamos no pensar en todo lo que teníamos por delante ya que nos producía una sensación de vértigo nada placentera. Simplemente íbamos tachando tareas pendientes hasta lograr el objetivo disfrutando de cada paso caminado; por lo tanto ya había que tachar: LLEGAR AL HOTEL EN MADRID.
El 18 por la mañana nos dirigímos al hotel Axor Barajas, que es donde habíamos reservado aparcamiento, y de alli nos llevaban en autobús al aeropuerto. A las 11 de la mañana tachamos: LLEGAR A BARAJAS.
Encontramos rápido la fila de facturación de nuestro viaje y había que esperar: qué es 1 hora comparado con los años que llevamos esperando; pues nada, a esperar.


Amanda y papá esperando. La mamá de fotógrafa.
El vuelo salía con retraso. Anduvimos, y hasta andemos, por todo el aeropuerto; ya habría horas para estar sentados. Pudimos ponernos los primeros en la fila, pacientemente, para embarcar pero fue una tarea vana ya que hubiésemos embarcado los primeros de todas formas al tener una hija pequeña: Fast boarding le llaman los de las "erlains": La nuestra era Qatar Airlines o airways, o qué sé yo.
Ya en el avión, colocamos los numerosos bultos que llevábamos como equipaje de mano y a volar durante casi 7 horas hasta Qatar. Amanda se portó como una campeona. Ya nos empezamos a dar cuenta de qué clase de pasta está hecha nuestra hija mayor.Una vez en Qatar tuvimos que esperar algo más de 2 horas hasta el vuelo que nos llevaría hasta Guangzhou. Ya estábamos cansados, pero las ganas de llegar y conocer a Mei Ying no nos dejaba pensar mucho en ello.
Vamos a buscar a la tata.

Cuando llegamos a Guangzhou nos esperaba Susana, la guía que nos acompañaría en nuetra segunda semana en China y que había ido a esperarnos para ayudarnos en la facturación y control. A las 8 de la tarde salimos hacia Changsha, ya sólo nos quedaba una hora de avión y ya saboreamos lo que era estar en China.
Amanda y mamá en la puerta de embarque, esta vez ya no hicimos fila.
A las 9:30 ya estábamos en Changsha donde nos esperaba Elena, la que iba a ser nuestra guía durante una semana. Estábamos como en una nube. Sobre las 10:15 llegamos al Hotel Dolton, grandísimo y muy adornado para la Navidad. En China  no se celebra, pero saben que es un buen motivo para consumir y el yuan es el yuan, así que estaba todo lleno de papanoeles, renos, árbolitos y toda la parafernalia ad hoc.
Nos dieron la habitación 15 del piso 30 (3015). Quedamos con Elena para el día siguiente en el desayuno ya que había que ir a cambiar dinero. El encuentro con Mei sería a las 15.30 . Una vez a solas en la habitación toda la tensión acumulada días atras y durante el viaje, afloró. Mamá se puso a llorar sin consuelo y nos preguntamos qué hacíamos allí (no era una pregunta racional, si no más bien emocional). Mañana íbamos a ser una más y estábamos cansados y en un lugar desconocido. Papá bajo a buscar un sitio donde comer algo, eso nos relajaría y distraería un poco. Era un show ver a papá preguntando en el restaurante si se podía comer algo a pesar de ser las 11:30 de la noche. Los camareros no entendían nada. Este narizotas es tonto, pensarían; en la puerta hay un cartel bien grande que pone OPEN 11:00 to 2:00. Cenamos una sopa y un poco de pasta y la verdad es que nos relajó bastante el charlar un rato y meter algo caliente al cuerpo.
Vista desde la habitación 3015
Intentamos dormir pero el jet lag nos pasó factura, asi que eran las 4 de la mañana y estábamos jugando con Amanda. Al día siguiente nos costó despertarnos. A las 9:30 nos llamó Elena para recordarnos que el bufett del desayuno cerraba a las 10 y que si queríamos comer algo había que bajar ya. Empezabamos así el dia 20  de diciembre de 2010, un día que ya para siempre estará unido a la historia de esta familia: El día que llegó Mei Ying.

DÍA 20 DE  DICIEMBRE 2010: EL ENCUENTRO CON MEI YING

Desde la puerta del hotel tomamos un taxi para que nos llevara a carrefour para comprar la silleta para Mei. Íbamos alucinando viendo el caos circulatorio de Changsha. Los semáforos eran un adorno navideño más. Todos los conductores hacían un uso del claxón muy curioso: de manera mecánica, continua y casi rítmica. Los peatones cruzaban por donde podían, las motos iban por las aceras y pasos peatonales y ¡ te pitaban para que te apartaras! Pero lo más alucinante es que nadie se enfadaba y todo funcionaba más o menos fluidamente. Llegamos al carrefour y....gente por todas partes, las cajeras con gorritos de papá noel y villancicos, o más bien canciones yanquis típicas de navidad ¡¡ Ya es navidad en el carrefour !!
La silleta la elegimos rápido, 219 yuanes (unos 25 €) y va de maravilla.
Más tarde fuimos a cambiar dinero al banco. Al primero que fuimos fue al China Bank y después de esperar un buen rato, nos tuvimos que ir porque no les funcionaba bien la máquina que comprueba si los billetes son buenos  y sólo pudimos cambiar 1200€. El resto lo cambiamos en un gran banco frente al hotel, esta vez sin problemas. A todo esto ya era la 1 y media del mediodía y había que comer y preparar cosas para el encuentro con Mei. A las 3 de la tarde vendrían a buscarnos, así que dimos de comer a Amanda algo de comida china y nosostros nos tomamos 2 valerianas y una Tsingtao para aplacar los nervios.
Un poco antes de las 3 y media estábamos en el registro. Cuando salí del ascensor me pareció ver a Mei pero Elena nos dijo que esperásemos en una sala y que ella iba a comprobar si "había llegado la niña". Yo le iba a decir que sí que la había visto, pero vete a saber; la foto que teníamos de Mei era de hace 4 meses y en ese tiempo un bebé cambia mucho, quizás no era ella y no dije nada. Tras apenas unos segundos en la sala apareció Mei en brazos de una cuidadora, Amanda seguía dormida en su silleta. Siempre recordaremos su carita aquel día: frágil, con cierto semblante melancólico y muy, muy abrigada. Estrenaba ropa para la ocasión, ropa que siempre guardaremos como un tesoro y que hasta hace poco no nos atrevímos a lavar para no perder el aroma de aquel primer abrazo. Mamá te cogió en brazos y papá te miraba con una sonrisa feliz y bobalicona sin saber muy bien qué hacer. Tú también le seguías con la mirada. Papá sacó un juguete, un pequeño pollito amarillo, para entretenerte un poco. De vez en cuando llorabas con un llanto débil y casi imperceptible pero que nos partía el alma. Por otra parte nos aliviaba que lloraras, eso demostraba que la nueva situación, las nuevas caras con sus grandes narizotas te asustaban pero no te bloqueaban; que tenías cierto apego con las personas que te habían traído... y eso era bueno.

mamá, papá y Mei. Qué carita.

primera foto con Mei ( con su cuidadora)

Elena lo grabó todo y la directora nos devolvió una cámara de fotos que les habíamos mandado a la casa de bienestar junto con algo de ropa y algunos caramelos y globos. Teníamos unas ganas enormes de poder revelar esas fotos para conocer algo más de lo que había sido tu vida en el último mes antes de encontrarte con tus papás y tu hermana.

Sobre las 5 de la tarde volvimos al hotel. Mei se durmió en el taxi en los brazos de papá. Estaba agotada del viaje desde Yongzhou (unas 5 horas) y al llegar al hotel la dejamos en su cunita y siguió durmiendo un buen rato


primera siesta en el hotel
Cuando despertó le dimos de merendar a Mei  y estuvo jugando un buen rato con Amanda. Todavía tenía esa mirada triste y apenas se sostenía sentada pero parecía tranquila. Cada vez que su hermana se acercaba comenzaba a sollozar pero poco a poco se fue a costumbrando. Llegó la hora del baño y Mei estaba asustada pero no lloraba, excepto cuando le  corría el agua por la cabeza que comenzaba a llorar (hoy en día todavía le pasa).


Por la noche, cuando bajamos al restaurante a cenar, las camareras se quedaron alucinadas: "...si a la hora de comer sólo eran tres" pronto lo comprendieron y se acercaron a conocer a Mei. Le decían un montón de cosas en chino, repetían constantemente "wawa" (muñeca, o algo similar pero cariñoso). La verdad es que eran muy atentasy amables con nosotros.

Nos fuimos prontito a la cama. Había sido un día intenso y había que descansar. Mei durmió toda la noche. Nosotros todavía acusaríamos el cambio de horario unos días más. No olvidemos que ya podíamos tachar la tarea más importante: ABRAZAR y RECIBIR A MEI.

DÍA 21   DE  DICIEMBRE 2010: PRIMEROS DÍAS Y PAPELEO

El martes tuvimos que madrugar. Mei pasó la noche bien pero los demás no pudimos dormir hasta más de las 3, así que con el sueño dibujado en los ojos nos fuimos al registro a terminar nuestros papeles. Llegamos al registro a las 9:30. Nos hicieron la foto con Mei para el libro de familia chino. El notario nos preguntó algunas formalidades como nuestros ingresos, trabajo o por qué habíamos elegido China. No hubo problemas. A la secretaria le llamó la atención que Amanda llevara pendientes siendo tan pequeña y a nosotros nos llamó la atención otra cosa ¡ Amanda había perdido un pendiente ! Nos volvimos locos buscando el pendiente por todo el registro. Fue graciosos ver como hasta el sr. notario se agachaba para buscarlo ( qué majo). Nosotros haciamos comentarios en español en plan gracioso sobre la cantidad de suciedad que había en el suelo ( sobre todo tratándose de un organismo público) y que a lo mejor no encontrábamos el pendiente pero cabía la posibilidad de encontrar algún objeto de familias anteriores, o incluso de alguna dinastía anterior.Bromas aparte, fueron majísimos pero no encontramos el pendiente. Le dijimos a Elena (la guía) que esos pendientes eran un regalo de la familia y que nos fastidiaba perderlo. Muchas otras veces lo habíamos dado por perdido y  al final siempre lo encontrábamos, pero esta vez (aunque no perdíamos la esperanza) parecía ser la definitiva.
Después de los  papeléos y los pagos de rigor, nos hicimos unas fotos de recuerdo toda la nueva y recién aumentada familia.





Volvimos al hotel y, como todavía era pronto, nos dispusimos a dar un paseo por la ciudad nosotros solos. Antes de ir a pasear subimos a la habitación a dejar los documentos a buen recaudo y a cambiar de pañal a las "cachorrillas". Puede parecer insustancial este último dato, pero al cambiar de pañal a Amanda nadie podía imaginar lo que allí nos íbamos a encontrar.....sí, sí... EL PENDIENTE. No sabemos cómo ni el porqué, el caso es que allí estaba y una vez más habíamos recuperado el pendiente, sólo perdimos la tuerca.

Nos fuimos a pasear por las calles cercanas al hotel, sin atrevernos todavía a cruzar al otro lado. Para nosostros era como una película de misterio EL OTRO LADO.
Paseando nos cruzamos con unas niñas de unos 9 ó 10 años que, como todo el mundo, se nos quedaron mirando y sonriendo. Se pararon a ver a las peques y les repetían "hello" y comentaban cosas en chino entre ellas acariciando a las niñas. Nosotros les devolvimos la sonrisa y seguimos caminado. Cuando ya habíamos recorrido unos 50 m las niñas nos gritaron desde lejos I LOVE YOUUUU. Nosotros sonreímos y saludamos cuan estrellas de "jolivud". Esta era una situación que se repetía a menudo en China. A nosotros en ningún momento nos incomodó, nos parecía hasta divertido. Así seguimos caminando alucinando con todo lo que veíamos y sin acabar de creernos dónde estábamos....estábamos en China y con nuestras dos hijas; el sueño que se cumplía y hasta el momento todo era perfecto. Comimos pronto y nos echamos un ratito la siesta made in Spain. Por la tarde estuvimos un rato en la sala de juegos y paseando por el hotel. Como cada día cenamos y nos fuimos prontito a la cama.
En la sala de juegos.

En la habitación



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