Por fin. Ayer, día 3 de noviembre, supimos que estábamos asignados. El hilo rojo que durante 5 años hemos tenido anudado a nuestro dedo corazón, por fin da unos leves tirones advirtiéndonos que estamos muy cerca de conocer a nuestra hija. Después del disgusto que nos llevamos con lo de la paralización del expediente, otra vez volvemos a ilusionarnos como el primer día.
¡Qué lista eres, hija! ¡Cómo has sabido enredar el hilo para ser tú y no otra presonita la que forme parte de nuestras vidas para siempre!
Todavía sabemos poco de ti. Sabemos que eres un poquito menor que Amanda, casi gemelas. Que estás sana y que nos esperas en algún rincón de la provincia de Hunan; lugar que , por otra parte, siempre ha atraído a tu mamá de una forma especial. Es una especie de sexto sentido que tiene tu mami, ya lo verás.
Todos aquí, tus abuelos, tus tíos y primos y, por supuesto, tus papás y tu hermana mayor estamos deseando conocerte y estar junto a ti.
Tenemos la certeza de que allí,en China, estás bien cuidada y que no te falta el cariño y las caricias de tus cuidadoras y que cuando vayamos a buscarte ellas lloraran de tristeza y de alegría a la vez, sabiendo que estarás con tus papás para siempre pero que quizás (eso nunca se sabe) no vuelvan a verte. Mamá y yo siempre hemos pensado que cuando seas un poco mayor nos gustaría volver los cuatro juntos a visitar tu país de nacimiento. De lo que sí estamos seguros es de que te inculcaremos el amor por la cultura del país donde viste por primera vez la luz y viviste tu primer año de vida.
Seguiremos contándote más cosas, sabedores de que te llegan de una manera u otra, como a nosotros nos llega el olor de tu piel, tu mirada y tu sonrisa ¿Cómo? no lo podemos entender. Misterios del HILO ROJO. Un beso
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